Por qué los aceites esenciales son tan peligrosos


Cuando Kristen Fanarakis salió de un tratamiento facial en un salón que solo usa productos de origen natural en Atlanta, su rostro no tenía el resplandor fresco y brillante que había esperado.

Para entender por qué los aceites esenciales pueden ser peligrosos para la piel, es importante comprender lo que son y lo que no son. Los aceites esenciales se extraen de flores, cortezas, tallos, hojas, raíces y frutas seleccionadas mediante un proceso de destilación o de presión en frío y son componentes químicos muy concentrados que contienen la esencia o el aroma de una planta.

“Para su procesamiento, requieren una gran cantidad de material de la planta, así que por lo general tienen concentraciones de ingredientes activos mucho más elevadas de las que estamos acostumbrados”, señaló David Petrillo, químico de cosméticos en Los Ángeles. Por ejemplo, son mucho más concentrados que los aceites populares como el de coco y el de argán, los cuales se consideran aceites “portadores”, que son más suaves y a menudo se usan para diluir los aceites esenciales más fuertes.

Aunque se ha demostrado que inhalar ciertos aceites esenciales impacta al sistema nervioso central y estimula al cerebro para que libere neurotransmisores como la serotonina, que ayudan a regular el estado de ánimo, también se ha visto que alteran el funcionamiento normal de las hormonas. En lo que respecta a la piel, algunos expertos dicen que en pequeñas concentraciones ofrecen beneficios antibacterianos, pero muchos creen que más allá de dar un aroma agradable a un producto, hacen más daño que bien.

“Usarlos en la piel casi asegura que una parte llegue al torrente sanguíneo”, afirma Petrillo, que enumera una lista de efectos secundarios comunes, como enrojecimiento, quemaduras químicas, dolores de cabeza, hinchazón y ampollas. Y aunque muchas marcas sostienen que las propiedades antibacterianas de los aceites esenciales ayudan a combatir el acné, en realidad pueden empeorar los brotes.

“Muchos de nuestros clientes con acné utilizan marcas ‘más limpias’ para el cuidado de la piel que, en realidad, pueden obstruir los poros debido a los aceites y productos botánicos con los que están formulados”, afirma Sofie Pavitt, esteticista de Nueva York.

Aunque se puede tener una reacción alérgica a cualquier aceite esencial, se sabe que con algunos existe un mayor riesgo que con otros. Los aceites cítricos, que incluyen el limón, la naranja y la bergamota, son en especial peligrosos, ya que pueden ser fototóxicos, lo que significa que reaccionan a la luz ultravioleta y pueden hacer que la piel sufra quemaduras y ampollas. También se sabe que los aceites de corteza de canela, clavo, zacate de limón, orégano, pimienta y jazmín producen irritación.

Pero el aceite esencial que con mayor frecuencia causa estragos es también uno de los más recomendados por los naturópatas y los promotores del cuidado de la piel por medios naturales.

“El premio se lo lleva el aceite del árbol de té”, afirmó Gonzalez. “Veo muchos pacientes con acné u hongos que están convencidos que el aceite del árbol de té es un remedio milagroso para casi todo”. Al usar demasiado aceite del árbol de té sin diluir que se compra en las farmacias para mascarillas faciales o para el tratamiento de manchas, los pacientes terminan empeorando la afección de la piel y desarrollan tiña incógnita, una infección causada por hongos que se esconde, y a menudo se exacerba, debido a la aplicación de algún agente tópico.

“Eso me dificulta todavía más diagnosticar el problema principal y resulta más complicado solucionarlo porque ahora hay que reparar la barrera de la piel que se ha visto afectada por el uso de estos aceites”, comentó Gonzalez.

Cómo experimentar sin riesgos con los cosméticos a base de ingredientes naturales

Cuando se trata de aceites esenciales, no existe un enfoque único y la respuesta no es forzosamente eliminarlos de tu rutina. “En realidad, la mayor parte de lo que usamos en la industria de la belleza está en una zona gris donde algunas personas pueden usarlo sin problema y otras no”, mencionó Gonzalez. “Siempre les digo a mis pacientes que más bien depende de la dosis, la concentración y el origen”.

Los expertos recomiendan buscar concentraciones diluidas del 0,5 al 1 por ciento o menos, de preferencia mezcladas con un aceite portador menos reactivo como el de argán o el de coco. Puesto que muchas marcas no mencionan las concentraciones, se puede hacer una sencilla prueba de olor: si el aroma es muy fuerte, hay más probabilidades de que te irrite la piel.

Gonzalez afirmó que la opción más segura es hacer una prueba en una zona de la parte interior del brazo y deja reposar, sin lavar, durante 48 horas para ver cómo reacciona la piel. Las personas que tienen enfermedades subyacentes de la piel como psoriasis, rosácea o eczema deben tener más cuidado.

Si te encuentras entre los sensibles, pero quieres experimentar con la belleza “limpia”, un número creciente de productos evita explícitamente los aceites esenciales. Drunk Elephant los incluye en su lista de “seis ingredientes sospechosos” con los que hay que tener cuidado y los mantiene fuera de sus productos.

Marie Veronique, una marca veterana en el área de la belleza limpia, vende una línea sin aceites esenciales creada en colaboración con la especialista facial de San Francisco Kristina Holey. Y la línea de cuidado de la piel Peet Rivko fue creada por Johanna Peet específicamente para hacer frente a la falta de opciones limpias para la piel sensible, la línea posicionada como la versión de alto diseño de los incondicionales suaves productos Cetaphil y CeraVe que encuentras en la farmacia.

Aunque una línea de productos calmantes sin fragancia no es muy atractiva, los consumidores (sobre todo los de la generación Z) son cada vez más conscientes de los ingredientes y de los riesgos que entrañan los productos que utilizan.

“La idea que el hecho que algo sea natural no es necesariamente mejor para la piel está ganando adeptos”, afirma Peet. “Pero, como ocurre con muchas cosas en la industria de la belleza, hay que repetirlo muchas veces antes que la gente capte totalmente el mensaje”.